Cómo Mejorar las Judías Verdes
Sencillos descubrimientos para intentar mejorar este plato

Sí, son sencillas, pero creedme si os digo que pasaron unos años hasta que me dí cuenta de un par de detalles importantes, y que se pueden pasar por alto o resultar desconocidos.
Evidentemente, para gustos colores, pero aquí dejo mi manera, que creo puede ser útil, sobre todo para conseguir unas judías «al dente» y con el máximo de propiedades posibles usando la cocción en agua.
Si queremos conservar la mayor parte de los nutrientes y propiedades de la judía y la patata, creo que lo mejor sería usar la cocción al vapor, o incluso al vacío, cosa que no descarto probar en breve y deciros qué tal.
Calentar agua alrededor de los alimentos provoca que sabores, nutrientes, llamadlo «lo bueno» si os apetece, salgan y se esparzan por toda esa agua.
Solía cubrir los 700 gramos de judías con su «patata grande» chascada, lo llevaba a ebullición y las dejaba cocer a olla abierta unos 40 minutos. Luego colaba el resultado y el agua se iba por las tuberías del fregadero con todo «lo bueno» que había sido extraído de nuestras verduras.
300 ml son más que suficientes para herbir 700g de Judía Verde, siempre con la olla tapada y a cocción lenta/media
Así que fui probando con cada vez menos agua, hasta llegar a la medida que hasta ahora me funciona muy bien, unos 300 ml para esos 700 gramos de Judía verde con su «patata grande».
Y otra cosa muy importante, tapar la olla y encontrar ese punto de fuego adecuado para que hierva, pero no llegue a subir el agua y se desborde.
En nuestra inducción, que tiene 10 niveles de potencia, con ponerla al 5 durante 35 minutos es más que suficiente.
Para rematar la faena y darle un extra de sabor, freír un par de ajos cortados en láminas de 1 cm sobre unas 10 cucharadas soperas de aceite y a fuego muy lento durante unos 20 minutos. No tienen que quemarse, ni mucho menos, pero si dorarse y sobre todo soltar su aroma y sabor para luego utilizar ese aceite, e incluso el mismo ajo, para cubrir ligeramente nuestro plato y aliñarlo.
Podemos utilizar una pizca de sal durante la cocción, pero ponerle unas escamas de sal Maldon, por ejemplo, también alegra nuestro sencillo plato.
A partir de aquí, ya sabéis, taquitos de jamón tostados, o no, trocitos de bacon, de pavo, de chorizo picante, algo de pimienta… imaginación al poder